Brandeo, luego existo.

“Percepción es realidad”, sin duda es una de las máximas con mayor popularidad en el mundo del marketing. ¿Te has puesto a pensar en lo verdadera y profundamente relevante que esta frase llega a ser para tu negocio? Si bien es cierto que parte fundamental del éxito de un negocio radica en factores como su oferta de valor, calidad, relevancia, consistencia, servicio etc.; también lo es que el interés del cliente por el mismo se genera en gran medida según la imagen que proyecta. Claro está que interesarse en hacer negocios con alguien es muy diferente de hacer negocios con alguien; pero como dicen: “de la vista nace el amor”.

El branding no solamente se refiere a la creación del nombre o logotipo de algún producto, también involucra generar la identidad gráfica del negocio, lo cual se traduce en algo más complejo: definir su personalidad y la manera en que le hablará al resto del mundo. Desde ahí se comienza a generar cierta percepción, cosa que implica en el mejor de los casos, sembrar la confianza que puede llegar a tenerle un cliente a tu empresa y que se cultivará en el amor a la marca.

Independientemente del tamaño que tenga tu negocio, es importante que tomes en cuenta este punto desde un principio, pues dictará la pauta en varios aspectos relacionados con la interacción entre la empresa y clientes o terceros. Se convierte en un aspecto aún más relevante cuando se habla de un modelo de franquicias en potencia, pues la estandarización es un tema crucial para tener buenos resultados. Así que si tu idea es franquiciar tu proyecto, presta especial atención a este punto.

Brandear es poner un sello distintivo a algo, hacerlo tuyo, hacerlo bien y a tu manera, diferente del resto. ¿Cómo quieres que el mercado vea tu negocio? ¿Prefieres que lo tomen como uno confiable y sólido, o quieres que parezca ser poco profesional? La respuesta es bastante obvia. El Branding tiene una implicación directa en lograr que lo correcto o esperado se perciba de tu negocio.  Lo que hablen de él dependerá en gran medida de los esfuerzos que dirijas en la creación de tu identidad, hacer una realidad la personalidad de marca y respetarla. Puede que seas excelente en lo que haces y que tengas maneras de comprobarlo, pero si tu imagen no va de acuerdo con esto, difícilmente un prospecto se dará el tiempo de conocer más acerca de ti.

Dile al mundo quién eres. Los primeros pasos implican tener tu nombre, logotipo, slogan, y kit de papelería básica; una empresa bien constituida debe contar con todo esto, pues comunica formalidad. Al momento de crearlo toma en consideración los valores de tu empresa y reflexiona si lo que mostrarás hacia fuera es congruente con la realidad hacia dentro. Ya que tengas definido tu manual, es importante que lo des a conocer al resto de tus colaboradores y que les hagas saber que cada paso que den debe construir e ir de acuerdo a los lineamientos establecidos. Independientemente de si cuentas con un presupuesto publicitario, las acciones hablarán por sí solas. Día con día irás generando la percepción que determinaste si lo que hacen tu equipo y tú, va de acuerdo con lo que buscas proyectar.

Si cuidas que tu empresa se fortalezca de esta manera, el negocio que comenzó en tu mente como una idea podrá poco a poco convertirse en una realidad.

Con su sello distintivo, tu marca existirá.

Andrea Vázquez Morton

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