En esta época donde las palabras abundan en forma de unos/ceros, y miles de útiles ideas se hunden entre tanta cantidad de información (mucha de ésta sumamente estéril), es bueno ponerle alto temporal a esta vorágine de datos, para darnos el tiempo de establecer conversaciones. No solo mandar información al aire «a ver quién la capta», sino retomar el sentido práctico pero profundo de una de esas pláticas que de manera mágica multiplican las palabras emitidas por todas las partes involucradas volviéndolas conceptos y mejor aún, momentos. Hemos dejado en segundo plano el tener interesantes conversaciones, para enfocarnos en enviar palabras al aire, las cuales muchas veces van disfrazadas de pláticas unilaterales en plataformas sociales que poco a poco van teniendo menor poder de socialización.
Y aunque suene repetitivo en mis posts, esto aplica para personas y para marcas,¿hace cuánto que tu marca no conversa con su audiencia? (no, contestar un inbox en tu fanpage no lo es todo).
Una conversación por más corta que sea, vale y mucho. Miles de palabras lanzadas al aire, aunque se griten, siguen valiendo casi nada, aunque cada vez cueste más ponerlas ahí.
Think about it.
Carlos Leal Jiménez
Sr.Smith