Lo mejor, lleva tiempo. (Y dedicación)

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En estos tiempos todo es instantáneo.

Tomas una foto con tu celular y la subes en ese momento a tu plataforma social favorita.
Generas un sticker y lo publicas en minutos.
Escribes una idea, pensamiento o similar y lo publicas en segundos.

Y así la lista de “point n’ shoot” puede continuar.

Generamos y publicamos sin curar o filtrar (más allá de los que traen las aplicaciones y que ayudan a tratar de que luzcan mejor las millones de feas fotos que se toman a diario) por ansiedad, for fomo o simplemente por inercia. Y desde un punto de vista, esto es fantástico, la vida, compartida casi-casi en tiempo real. Pero por otro, ¿qué tanto estamos aceptando cada vez más, la mediocridad por abrazar la inmediatez? ¿Qué tanto hemos olvidado la estrategia en pro de la táctica?

Una ocurrencia no tiene filtros; como su nombre lo indica, simplemente ocurre, sucede y listo.

Por otra parte, una obra de arte lleva tiempo, dedicación, propósito y auto exigencia de quien la ejecuta. ¿Cuántas hojas arrugadas en el cesto de basura tiraría el artista, para llegar a ese punto donde su exigencia y su espíritu artístico confluyeran?

El buen marketing, si bien es cierto, no es arte, pero si lleva grandes dosis de dirección, exigencia, disciplina y trabajo. Y en eso, muchos de las grandes figuras de la mercadotecnia se pueden llegar a parecer, aunque sea un poco, a los artistas.

¿Vale la pena seguir haciendo que el marketing -tu marketing-  viva de ocurrencias pasajeras y breves,  o llegó el momento de que la auto exigencia suba de nuevo y dejemos que la táctica sea solo eso, táctica?

O como alguna vez me dijo mi padre: “¿qué quieres en tu vida, carbón o diamantes?, cada uno sirve para algo, pero el segundo dura más y es más apreciado”

Think about it.

Carlos Leal Jiménez
Dir. creativo, Sr.Smith